PLAYAS, PISCINAS Y RÍOS

¡ TRAGEDIA EN VACACIONES !

Encuentran cuerpo de uno de los menores que fue arrastrado por una ola en playa de Pingueral  

https://www.emol.com/noticias/Nacional/2023/01/14/

Jugar en el agua en un día de intenso calor es uno de los placeres más apetecidos por los niños.  Sin embargo, este festín de chapoteos, gritos y risas puede derivar en una tragedia; uno o más niños muertos por inmersión, como lo señala la  noticia que encabeza este  artículo.

La  imprudencia de permitir que un niño juegue sólo en la piscina

La asfixia por inmersión, con resultado de muerte o ahogamiento es dramáticamente frecuente en todo el mundo, ya sea un país desarrollado o no.  En Chile fallecen por esta causa unos 500 niños al año, constituyendo la primera causa de muerte entre los 1 y 4 años, superando las muertes por atropello.  Por otra parte,  es cinco veces más frecuente en el hombre que en la niña, probablemente  porque el niño pequeño es más impulsivo e inquieto que la niñita,  Este dramático escenario no incluye a una cifra varias veces mayor, que corresponde a los semi-ahogados.  El semi-ahogamiento es la inmersión que no origina la muerte, pero el niño requiere de hospitalización, pudiendo quedar con secuelas post asfícticas.

Siempre hay que poner el énfasis en la prevención, siendo las dos medidas más efectivas la vigilancia por un adulto y el enrejado de la piscina.  

Los menores de 1 año pueden ahogarse hasta en la bañera de su hogar; entre los pre-escolares los ahogamientos ocurren principalmente en las piscinas residenciales, las cuales suelen no tener barreras de protección y los adolescentes se ahogan típicamente en lagos, ríos o en el mar, cerca de la playa.  En estos últimos puede producirse, además, lesiones en la columna cervical, no siendo excepcional el antecedente de ingesta de alcohol o drogas. En estos casos, a la asfixia por inmersión se agrega el problema de la hipotermia.  A lo anterior hay que añadir que somos muy porfiados, ya que en Chile es costumbre bañarse en zonas expresamente no autorizadas o improvisadas, como playas no aptas, cascaditas de los cursos de los ríos o canales de regadío,  porque hay menos bañistas.

Por otra parte, hay que tener presente que los niños que apenas caminan,  pueden ahogarse en muy poca agua y no necesitan de profundidad.  Para un menor pueden bastar 20 a 30 centímetros de hondo, porque corre el riesgo de no poder levantarse y esto puede suceder en un simple balde con agua que un adulto dejó inadvertidamente en el patio.

Prevención y responsabilidades

La prevención más efectiva radica en que cada niño pequeño aprenda a tenerle respeto al agua. Esta enseñanza empieza a inculcarse apenas el niño va al jardín de infantes. Por esto,  aquellos padres que pueden optar porque su hijo asista a un jardín con piscina, deben preferirlo. Probablemente el infante no aprenderá a nadar, pero sí asimilará rápidamente cuál es la manera correcta de aproximarse a una alberca.

Si recordamos que los lactantes se pueden ahogar en la bañera, nunca se le debe dejar solo.  Si la madre va a responder a la puerta, debe llevar al niño consigo.  Las piscinas, deben cercarse con una valla metálica, firme, de 1.25 a 1.5 mt de alto, cuyas barras verticales no permitan el paso de la cabeza de un niño. La puerta debe tener un candado con clave u otro cerrojo seguro.

Valla segura.  Cuidar de tener el lugar sin sillas ni bancos que el niño pueda trepar

En este punto es conveniente recordar la responsabilidad civil que le puede caber al dueño de una piscina o al gerente de un club que disponga de un estanque recreacional, donde se producen algunos de los accidentes que comentamos, ya que deben mantener un entorno seguro para no entren los niños pequeños si no hay un adulto presente, e incluir la vigilancia  en los días y horas en que los mayores responsables, los padres y abuelos, nos podemos descuidar, como podría ser un fin de semana a la hora de almuerzo o durante la siesta.

¿Qué hacer frente a un accidente por inmersión?

Frente a un suceso como el que comentamos, hay que sacar inmediatamente al niño del agua y tenderlo en la orilla. La inmersión hay que considerarla un ahogamiento, mientras los minutos siguientes no demuestren que el niño se recupera.   A continuación hay que revisar y despejar rápidamente le vía aérea, pues el afectado puede tener alojados allí trozos de algas, arena, vómito u otro objeto que impida la respiración. Luego se procede a dar reanimación boca a boca, tomando la precaución que quede cubierta la boca y nariz del niño. Se hace sincronizadamente la compresión cardíaca y la ventilación, con una relación de cinco compresiones por una ventilación, en todas las edades.  El punto siguiente es pedir ayuda o activar el sistema de emergencia.

Riesgos de contusiones y fracturas

Una reanimación exitosa debe haber sido ensayada varias veces antes y escapa a este comentario,  pero debemos recordar que estas maniobras se hacen si los latidos cardíacos están bajo 60 por minuto. Como es obvio, no deben llevarse a cabo si el bebé está tosiendo con fuerza o empieza a llorar.

La compresión cardíaca se efectúa presionando el tercio medio del esternón hasta hundirlo en 1/3 de su diámetro anteroposterior. La secuencia se debe tatarear en voz alta, como sigue:  y uno y dos y tres y cuatro y cinco y ventilo y…

En la reanimación deben participar mínimo dos rescatistas. Observar como el primer  reanimador se  asegura  que  la vía aérea esté despejada y el segundo se prepara para usar una bolsa auto inflable.  Antes de ventilar el primer reanimador hizo 5 compresiones torácicas

La decisión de llamar primero a una ambulancia o llamar después de brindar las primeras medidas de reanimación, dependerá de factores como conocimientos y habilidad de la persona que hace de jefe de grupo, si se está solo o no; rapidez de respuesta de los rescatistas; gravedad del accidente, etc.