PIE PLANO EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA

Al evaluar la posibilidad de un pie plano hay que tener muy presente que el pie normal descansa en tres puntos de apoyo óseo que forman dos arcos que soportan perfectamente el peso del cuerpo. Esta característica nos permite caminar kilómetros o correr maratones sin ninguna molestia porque se comportan como resortes distribuyendo uniformemente el peso del cuerpo, como se aprecia en las figuras 1 y 2.

Fig. 1 Plantograma de una agraciada bañista con una huella normal
Fig. 2 Arcos plantares anterior y longitudinal. Resortes de la bóveda plantar

Al examinar los pies, hay que tener presente el pie plano flexible y el pie plano rígido. El más común es el pie plano flexible que no causa molestias. Se debe a una exagerada laxitud de las extremidades y no duele. Es una variante normal que tiende a la normalización espontánea sin producir ninguna limitación en el caminar, correr o saltar. La otra variedad es el plano rígido y doloroso, afortunadamente poco frecuente, que es secundario a un acortamiento del tendón de Aquiles, una articulación defectuosa de los huesos del pie y a cualquier enfermedad que afecte la correcta motilidad. Esta variedad sí requiere corrección precoz, siempre.

Entonces, la primera pregunta que hay que hacer al niño y a los padres es si los pies duelen o molestan y lo segundo es fijarse si el pie afectado es rígido o es flexible. El examen físico debe hacerse con los pies descalzos, apoyados en una superficie plana y dura y luego caminando en forma normal, teniendo a la vista toda la extremidad inferior. El niño también debe caminar en punta y en los talones. Es muy importante fijarse si el niño gasta el calzado en forma despareja. Hay que tener presente que el arco plantar empieza a notarse después de los dos años de edad, ya que antes el espacio está ocupado por el cojinete graso.

El pie plano flexible se caracteriza por una disminución del arco longitudinal del pie, asociado a una desviación en valgo o hacia afuera del talón. Al acostar al niño, se observa que los arcos plantares reaparecen, porque ya no existe el peso del cuerpo. Las figuras 3 y 4 son típicas.

Fig. 3 Pie plano flexible, ausencia del arco longitudinal por laxitud ligamentosa
Fig. 4 Talón valgo o torcido hacia afuera, típico del pie plano flexible

En cambio, el pie plano rígido o doloroso es siempre anormal y se debe a dos causas principales:

a) Tendón de Aquiles corto;
b) Pie plano rígido propiamente tal

El tendón de Aquiles corto se caracteriza por limitación a la flexión del pie. Hay dolor en la pantorrilla cuando se camina mucho o se está largo rato parado. Es el único tipo de pie plano que en la mujer va acentuándose, por la costumbre de usar tacos altos. Requiere de tratamiento kinesiológico conducente a la elongación del tendón.

En el pie plano rígido y doloroso se altera la relación normal que debe existir entre el calcáneo o talón y los demás huesos del tarso, que puede afectar a uno o ambos pies. Se trata de una deformidad que se hace evidente al nacer. Al año de edad, cuando aparece la marcha, se observa una gran limitación funcional. Requiere de un manejo ortopédico acucioso.

El pie plano flexible (figuras 3 y 4) es el que comúnmente llega a la consulta del pediatra y lo que más interesa responder es si se debe o no indicar una plantilla correctora. Asimismo, la radiografía puede no ser necesaria y se pide si el pie es doloroso o se sospecha la pérdida del arco plantar anterior o metatarsiano.

Uso de plantillas. Se sabe que las plantillas y las modificaciones al calzado muchas veces son inefectivas e incómodas en el pie plano flexible e indoloro. Lo que corresponde es disipar la inquietud de los padres, fortalecer la tonicidad músculo esquelética del niño con mucho deporte y corregir el sobre peso. La costumbre de los viejos clínicos de recomendar que el niño haga largas caminatas descalzo en la playa, claro que es útil, porque fortalece la musculatura de las extremidades inferiores.

Entonces, el uso de plantillas en el pie plano flexible raras veces necesario. Están indicadas solamente cuando hay dolor de la región del tarso y el tobillo interno está muy caído. La plantilla debe confeccionarse según un modelo personalizado de la planta del pie de cada paciente, que se dibuja sobre una hoja de papel. En este dibujo debe señalarse con claridad las áreas de presión anormal que deben levantarse con la plantilla.