GUÍA ANTICIPATORIA

La guía anticipatoria tiene que ver con lo preventivo, con la salud publica.

No se debe reparar en esfuerzos para promover la responsabilidad de las familias en la salud de sus miembros, particularmente en la crianza de los hijos y en evitar accidentes. Los primeros años de vida son decisivos para sentar las bases de la buena salud y el bienestar infantil. Los cimientos de la buena salud del niño se forman durante el periodo del embarazo y la infancia. En esta oportunidad nos preocuparemos del binomio madre-recién nacido, mientras está en la clínica.

En todo el 1er año de vida, la familia actúa como una placenta psicosocial excluyendo, modificando o añadiendo hábitos y experiencias que posibilitarán que el niño viva y, además, adquiera las primeras herramientas para comunicarse. Es en el seno de la familia donde se trasmiten creencias y hábitos, así como la preocupación por del riesgo de perder la salud, condicionando las actitudes y conductas frente a la enfermedad y a la utilización de los servicios sanitarios.

El primer eslabón crítico en la cadena de supervivencia pediátrica es la prevención de lesiones y enfermedades. Los esfuerzos en la prevención alcanzan su máxima eficacia si existen estrategias preventivas a cargo de un equipo medico entrenado en prevenir y tratar las lesiones o accidentes más frecuentes. Este es el sentido de la guía anticipatoria.

Para prevenir las enfermedades es preciso identificar los factores de riesgo y eliminarlos. Si Uds. pueden identificar estos factores en la edad pediátrica disminuirán el riesgo. La guía anticipatoria pretende prevenir o minimizar estos efectos.

La gran mayoría de las decisiones que afectan la salud de un individuo no son tomadas por los profesionales de la salud, son las personas y las familias quienes lo hacen. En el caso de los niños, esta responsabilidad habitualmente recae en la madre.

El modelo de guía anticipatoria y autocuidado se basa en que la atención de salud, debe ser siempre concebida como un proceso de interacción educativa.

Entonces, de expertos en cuidados, de autoridad en materias de salud el medico que presta una atención primaria se transforma en un facilitador del proceso de aprendizaje, para que surjan de la propia madre y su familia las decisiones e iniciativas que favorezcan su salud del recién nacido.

LO CONCRETO

En el embarazo

a) Que la medre se comunique con su hijito aun no nacido. ¡Es posible!

b) Debe evitar fumar o estar en un ambiente de fumadores, bebedores o adictos. No debe ingerir ninguna medicina sin consultar a su médico o matrona

c) Que acuda al dentista a tratarse cualquier carie o problema gingival antes de la llegada del niño

d) Debe alimentarse con una dieta variada y sana

e) Orientarla en la preparación de pechos para el futuro amamantamiento

f) Conversar con su médico o matrona sobre las expectativas del parto. Si es primeriza o multigesta que no ha tenido cesárea y reúne las condiciones puede optar por un parto alternativo.

En el parto

a) Insistir en que la propia madre es la protagonista del parto. El equipo de salud esta ahí para favorecer un proceso natural y hacerlo seguro. Nada más.

b) El parto será más fácil, seguro si camina y si en el trabajo activo esta más vertical que acostada en decúbito.

c) Si el parto ha sido bueno, el niño debe ser entregado inmediatamente a su madre, para que se conozcan y se produzca el contacto piel a piel. Cuando el RN mira a su madre, reconoce su voz. Estos dos hechos tan simples, dejaran una impronta favorable para toda la vida.

d) El niño ya sentirá hambre alrededor de una a dos horas de nacido. Si lo dejan sobre el pecho materno, será capaz de encontrar el pezón y mamar.

En el puerperio

a) Promover la lactancia. ¿Porqué los pediatras descuidaremos tanto el hecho fisiológico más importante para el hombre, después de haber nacido? No hay una explicación razonable, pero algo tiene que ver la presión sub-liminal que hacen las empresas productoras para leches de bebés. Es un problema que atraviesa horizontalmente las clases sociales y las culturas, pero es más acentuado en las sociedades en vías de desarrollo. Díganles a los padres que los lactantes alimentados al seno materno tienen, en promedio, un coeficiente intelectual un 3 a 4% superior que los que no recibieron lactancia materna. Es que la madre que amamanta rara vez lee el diario en ese momento… Le está hablando, cantando o haciéndole cariño a su hijo. Multipliquen esta comunicación por cientos de veces durante los seis primeros meses de vida. ¡Es decir, el niño alimentado al pecho ya sabe latín, si se compara con el que no tuvo la misma suerte…!

b) Aseo del cordón con alcohol –sin yodo- y de la región glúteo genital con suero fisiológico

c) No sobre abrigar al niño. Se suele decir que la guagua debe usar una prenda de vestir más que la madre.

d) Desaconsejar el uso del chupete de entretención

e) Describir las características normales de las deposiciones, variabilidad del reflejo gastro-cólico, alertar frente a deposiciones poco frecuentes o duras.

f) Enseñar a usar el termómetro clínico, considerando fiebre sobre 38º C.

g) Anticipar eventos fisiológicos que pueden preocupar a los padres, como hipo, reflujo, “manchas”, eritema neonatal, descamación de la piel, brote BCG, reflejo de Moro, etc.

h) Asegurarse de que el niño siempre duerma en su propia cuna, con un colchón firme, en decúbito dorsal y con la carita descubierta.

i) Baño con agua tibia, una vez que el ombligo este seco. Usar jabón neutro o de glicerina. Jamás dejarlo solo en la bañera.

j) No beber líquidos calientes con el niño en brazos.

k) Insistir en la importancia de un ambiente libre de contaminantes intradomiciliarios.

l) No exponerlo al sol

m) Uso de silla porta bebé en el asiento de atrás del automóvil.

n) Enseñarle a la madre a reconocer signos y síntomas de enfermedad como:

n1) Fiebre, rechazo de la alimentación, vómitos ictericia que se prolonga, deposiciones con sangre o de mal olor

n2) Saber qué hacer en un momento de emergencia médica, tener una idea clara de donde acudir o consultar telefónicamente.

Cierre de la visita

a) Insistir en lo sano y vigoroso que se ve el RN, si efectivamente es así

b) Preguntar a la madre si le queda alguna duda.

c) Control post alta: a los siete días (broma: mal que mal, hay que asegurarse que paguen)

d) Considerar el problema de las familias monoparentales. Preguntar con discreción por el padre. Si se trata de un ausente, este binomio madre-hijo es de alto riesgo y merecerá una atención preferencial que sobrepasa al equipo de salud y debe comprometer activa y decididamente al Estado. Una madre sola, peor aun, adolescente, es una madre desvalida, que no puede enfrentar por si misma los cambios que trae el niño. No es posible que cumpla con su rol maternal en plenitud.

Doctor Fernando