EL RECIÉN NACIDO PREMATURO

Los padres siempre imaginan que el bebé que esperan nacerá vigoroso hacia las 38 semanas de gestación. En Chile eso es efectivo en cerca del 95% de los casos, pero la diferencia, unas 25.000 guaguas nacen anualmente antes de haber cumplido las 37 semanas de embarazo. Estos prematuros padecen de varias complicaciones, que serán proporcionales a su inmadurez. Lo más más común es el trastorno respiratorio, ya que los pulmones corresponden al órgano que más demora en alcanzar el desarrollo suficiente para respirar sin ayuda en la vida extrauterina.

El riesgo de que una madre tenga un bebé prematuro o de pre término, depende de muchos factores, estando entre los más relevantes, la edad materna (menor de 15 años o mayor de 35), el antecedente previo de haber tenido un hijo sietemesino, las contracciones uterinas muy anticipadas, sobre todo si se acompañan de rotura de membranas, la pobreza y una larga lista de enfermedades que adquieren mucha relevancia en la embarazada, como la infección recurrente del tracto urinario, la infección vaginal por el estreptococo grupo B; las incompetencias anatómicas del cuello uterino, la diabetes gestacional y otras gestosis, por señalar lo más frecuentes.

A mayor prematuridad menor es el peso al nacer. Se habla de recién nacido de peso bajo cuando éste pesa menos de 2.500 gramos al nacer. Aquellos bebés que pesan menos de 1.500 gramos se llaman recién nacidos de muy bajo peso y los menores a este peso corresponden a los prematuros de extremo bajo peso.

Los grandes desafíos neonatológicos y de infraestructura hospitalaria se ponen en práctica cuando se sacan adelante a esta última categoría de niños. Conseguir que un mini bebé que pesó al nacer 750 gramos o menos y que alcance los 2.000 gramos, peso compatible con la independencia de la incubadora, es el resumen del trabajo de muchos profesionales y personal paramédico especializado durante años en neonatología.

En algunas oportunidades la embarazada puede saber que, probablemente, su bebé corresponderá a alguna de las categorías que hemos señalado, porque está cursando con un embarazo de alto riesgo. Esto significa que el obstetra le ha diagnosticado alguna de las enfermedades que característicamente se asocian con prematuridad, como podría ser la rotura prematura de las membranas ovulares. En estas circunstancias es clave el reposo, que es el recurso terapéutico más efectivo y simple que tiene el obstetra para revertir el flagelo del parto prematuro. Lamentablemente, esta causal de licencia prenatal – síntomas de parto prematuro – que tiene tanto una vertiente clínica como otra administrativa, no se usa con la prodigalidad que estas madres lo requieren. Visión miope y timorata, ya que la carga en gastos médicos se multiplica entre 10 y 100 veces, cuando se debe sacar adelante a un prematuro de muy bajo peso, sin considerar la carga de complicaciones y secuelas que pueden perdurar años e incluso toda la vida.

Desde que se confirma el embarazo y hasta el nacimiento, los padres pueden saber con mucha aproximación los meses de embarazo y cómo se va desarrollando la gestación, tanto por simples observaciones clínicas, como por ejemplo recordar la fecha de la última menstruación, la percepción por parte de la madre de los primeros movimientos fetales, al 4° mes o por pruebas hormonales y las imágenes ecotomográficas obstétricas.

Cuando un bebé pesa menos de 2.000 gr. al nacer, aunque no tenga dificultad para respirar, generalmente requerirá de incubadora por algunos días. La incubadora que se incorporó a la práctica neonatológica a mediados de los años 50 del siglo pasado ha sido el invento que mayor impacto ha tenido para aumentar la sobrevida de los prematuros, hasta antes de aparecer la ventilación asistida, 30 años después. Para muchos padres, ver a sus hijos en incubadoras, muchas veces conectados a cables de monitores de distinta índole, resulta impactante. Tienen que tener claro que son ésos los cuidados y registros que requieren y que junto a su amor, permitirán que esas guaguas mejoren.

A CASA

Cuando los niños prematuros ya sobrepasan los 2.000 gr de peso, generalmente están en condiciones de irse al hogar con sus padres. La llegada al hogar represente otro desafío, que corresponde a un manejo integral que empieza entrenando a los flamantes papás sobre cómo atender a esta nueva y frágil criaturita. Muchas cosas serán diferentes a la llegada de un niño de término, por lo pronto las vacunas, que se colocarán en fechas diferentes, que corresponde a la edad corregida con respecto al término de la gestación y no de acuerdo a la edad cronológica. Junto a ello hay que mencionar el manejo profesional multidisciplinario que puede incluir la asistencia del neurólogo, la terapeuta ocupacional, el oftalmólogo, la nutricionista y, por supuesto, el pediatra neonatólogo.