DIARREA AGUDA EN LOS NIÑOS

La diarrea aguda es una enfermedad que se caracteriza por varias deposiciones líquidas al día, pero es la pérdida de la consistencia de las evacuaciones lo más importante a considerar. Este cuadro se considera resuelto cuando el niño no presenta deposiciones durante 12 horas o éstas ya están compactas nuevamente.

Interesa comentar el tema por su mayor incidencia en el semestre caluroso y porque puede deshidratar al niño.

Lo sintetizado corresponde a la diarrea aguda, para diferenciarla de la diarrea crónica que se da en otro contexto clínico.

Si bien la diarrea se asocia a la pobreza y el atraso de las comunidades, también se presenta en los grupos más acomodados y en los países desarrollados. Entre los factores desencadenantes está el descuido en lavarse las manos y uñas, la falta de prolijidad para manipular los alimentos y la contaminación microbiológica de las aguas. A la inversa, el amamantamiento, que equivale a la ausencia total de manipulación de la leche, impide la aparición de diarreas infecciosas en el lactante.

La diarrea no se presenta como un signo aislado, sino que se acompaña de otras manifestaciones, como rechazo de la alimentación, vómitos, fiebre, distensión y cólicos intestinales. Las heces son claramente acuosas, generalmente malolientes, pero pueden tener un olor ácido, como a frutas pasadas. Este último hecho es enormemente útil, ya que orienta hacia una enteritis por intolerancia a algún componente de la leche de vaca o, simplemente, es de origen viral. Si a las deposiciones se les agrega mucosidades, pus y sangre, se habla de enterocolitis; el cuadro es más grave y generalmente corresponde a una infección bacteriana.

En Chile, el agente etiológico más frecuente corresponde a los virus, como el conocido rotavirus, contra el cual existe una vacuna. Se trata de un cuadro semejante a una gripe pero con diarrea. De ahí que a nivel popular a la diarrea del lactante se le llame resfrío al estómago

Otras veces la diarrea del niño no tiene su origen en el tubo digestivo, sino que en otro aparato. Por ejemplo no es raro que un lactante con infección urinaria debute con heces semi líquidas como primer síntoma. Otro tanto sucede con la otitis media. Son las llamadas diarreas para enterales. En todo caso, rápidamente se aclara la etiología.

La complicación más grave de una diarrea aguda es la deshidratación. Es decir las heces líquidas y los vómitos que ha tenido el niño corresponden a más de un 10% de su peso. En este caso, el lactante llora sin lágrimas, pierde el turgor y la elasticidad de la piel y la circulación empieza progresivamente a hacerse insuficiente. Esta es la razón porque el niño deshidratado se vea intensamente pálido y tenga las extremidades frías.

Lo más inmediato del tratamiento es evitar o corregir la deshidratación. Si aún no lo está, el niño se tratará en su hogar con una dieta líquida, sales hidratantes y otras medidas. Si ya se deshidrató, hay que hospitalizarlo para reponer las pérdidas con una solución glucosalina endovenosa y estudiar acuciosamente el cuadro.