CAMBIOS FÍSICOS DURANTE EL EMBARAZO

Karina Venegas ya tiene ocho meses de
embarazo. Se ha sentido estupendamente bien.

Aprovechando la contingencia, en los siguientes artículos les contaré de algunos de los cambios y molestias físicas más comunes durante el embarazo; del por qué se producen y cómo pueden prevenirse y/o mejorarse; y también de las ocasiones en que deben consultar con su médico y/o kinesiólogo. Es muy importante que las mamitas que está esperando un nuevo bebé tengan claros estos temas, para disminuir el estrés que este tipo de situaciones puede generarles y así poder disfrutar plenamente este momento tan hermoso de la vida…

Primer Tema: Dolores en la espalda durante el embarazo.
(adaptado de http://espanol.babycenter.com).

Los músculos de la espalda, bajo vientre y pelvis tienen la función de mover y estabilizar las articulaciones de la espalda y pelvis. A medida que el útero y el bebé crecen, puede resultarles más difícil desempeñar este papel, con el consecuente dolor de espalda. Tu espalda es vulnerable a las mismas presiones y tensiones que la de cualquier persona que no esté embarazada. Sin embargo, se encuentra protegida por tu bebé, que actúa como sostén interno.

Si padeces de dolor de espalda durante tu embarazo, es muy probable que se deba al crecimiento del útero y a los cambios hormonales que estás experimentando: El útero en expansión estira y debilita los músculos abdominales, lo que hace que tu postura cambie y tu espalda se vea sometida a una presión adicional. El peso extra que estás llevando significa más trabajo para tus músculos y mayor recarga para tus articulaciones, y esto explica por qué puede ser que sientas que el dolor de espalda empeora al final del día. Al mismo tiempo, los cambios hormonales del embarazo distienden las articulaciones y los ligamentos que conectan los huesos pélvicos a la columna vertebral. Hay hormonas, tales como el estrógeno y la relaxina, que hacen que las articulaciones de la pelvis se relajen. Esto puede producir un aumento del dolor pélvico posterior o disfunción de la sínfisis púbica. Lo anterior, puede hacer que te sientas menos estable y tengas dolor al caminar, estar de pie o sentada por periodos de tiempo prolongados, al darte vuelta en la cama, al levantarte de un sillón bajo, salir de la tina, agacharte, o levantar objetos.
Los especialistas describen dos tipos comunes de dolor en la parte baja de la espalda durante el embarazo:

1. El dolor lumbar, que ocurre en la región de las vértebras lumbares, en la parte inferior de la espalda. Se siente sobre la columna y alrededor de ella, aproximadamente al nivel de la cintura o un poco más arriba. También puede irradiar a las piernas.

2. El dolor pélvico posterior, que se siente en la parte de atrás de la pelvis, más abajo que el dolor lumbar. Se puede sentir muy adentro de los glúteos, en uno o ambos, o en la parte trasera de los muslos.

Algunas mujeres tienen síntomas de ambos tipos de dolor. Las posiciones en que flexionas las caderas — como cuando te sientas en una silla o te inclinas hacia adelante sentada — pueden empeorar el dolor pélvico posterior. Las mujeres con este dolor están también más predispuestas a tener dolor en el hueso púbico. La propensión al dolor lumbar es mayor si ya lo habías sufrido antes de quedar embarazada o durante un embarazo anterior. También presentas mayor riesgo si llevas un estilo de vida muy sedentario, eres poco ágil y los músculos de tu espalda y abdomen están débiles. Si estás embarazada de mellizos o gemelos, o más bebés, aumentan las posibilidades de tener dolor de espalda. La obesidad puede ser un factor de riesgo que genere dolor en la parte inferior de la espalda durante el embarazo, pero esto no es concluyente.

Cuando el dolor en la parte baja de la espalda irradia a los glúteos y los muslos, se confunde muchas veces con “ciática”, una afección que no es común. La verdadera ciática, que puede ser causada por una hernia o una inflamación de un disco intervertebral en la parte inferior de la columna, afecta solo a alrededor del 1% de las mujeres embarazadas. Si tienes ciática, el dolor de pierna será por lo general más intenso que el de espalda y posiblemente se irradie debajo de la rodilla e incluso al pie y los dedos del pie. Es probable que también sientas una sensación de cosquilleo u hormigueo en las piernas o te parezca que están como dormidas. Si la ciática es intensa, también puedes tener sensación de adormecimiento en la ingle o en la zona genital. Incluso puede suceder que tengas dificultad al orinar o que sufras del problema opuesto, es decir, de incontinencia.
Si piensas que tienes ciática, díselo a tu médico y/o kinesiólogo. Llámalo de inmediato si observas pérdida de sensibilidad o debilidad en una o ambas piernas o si sientes pérdida de sensibilidad en la ingle, vejiga o ano.