¿TENDRÁ ASMA EL NIÑO?


¿Habrá heredado el asma del abuelo el niño?  

Es una pregunta que se hacen muchos padres cuando un hijo sigue tosiendo durante semanas, pese a una sucesión los remedios.

Tienen razón en pensar así, porque el asma tiene una clara predisposición hereditaria y el síntoma clave de la enfermedad es la tos con espiración prolongada, que se genera cuando el aire pasa a través de los bronquios apretados. 

El trasfondo del tema es la tos prolongada o recurrente, que puede durar años.  Suele aparecer porque sí, repentinamente y no se calmará hasta que se le administre al niño el broncodilatador o aerosol apropiado.

Las crisis asmáticas suelen ser desencadenadas por los más diversos agentes, como sustancias que se respiran, cambios bruscos de temperatura, ambientes contaminados con humo, el ejercicio y tantas otras causas.  

Más raramente, el asma es la continuación de una enfermedad previa, como podría ocurrir con una lesión pulmonar crónica del prematuro o debido a secuelas de una bronquiolitis que tuvo hospitalizado al lactante por varios días.

Es una enfermedad muy común, cercana al 10% de los niños pueden padecerla. Las estadísticas no pueden reflejar la situación con exactitud, porque, por una parte, puede haber un sobre diagnóstico para facilitar el acceso a medicamentos a bajo costo y, por otra, la sospecha diagnóstica puede demorar años en confirmarse.

Toda tos crónica o recurrente en un niño debe estudiarse. La historia clínica es fundamental, porque en ella se puede reconocer con claridad el peso de la herencia; si hubo dificultades respiratorias al nacer; si ha tenido hospitalizaciones por causa respiratoria; cuáles situaciones desencadenan la espiración prolongada y si la tos es reversible a los broncodilatadores beta. Este último hecho es clave, porque asegura la idea de en ese paciente concreto, sus crisis serán reversibles con un inhalador sencillo, seguro y económico.

Asimismo, si el paciente es menor de 6 años y está usando ya un inhalador, hay que darse el tiempo para conocer qué tipo de cámara espaciadora usa, a fin de evitar que la sustancia broncodilatadora se quede pegada en el paladar, en lugar de irse al interior de los bronquios. 

Los niños menores de 6 años deben usar una aerocámara cuya mascarilla selle bien su boca y nariz, porque aún no tienen la coordinación necesaria para inhalarse por sí solos. 

Existen, también, otros puntos importantes para asegurar que el aerosol sea efectivo, como agitar el cartucho antes de usarlo, exhalar el aire lo más que se pueda, luego inhalar con cierta lentitud al tiempo que se dispara el dispositivo y mantener el aire mezclado con el inhalador 10 segundos en los pulmones y luego expulsarlo por la nariz. 

Se ha avanzado muchísimo en el diagnóstico. Cada vez hay técnicas más precisas y menos invasivas para reconocer los alergenos que pueden desencadenan la crisis bronquial, como la pruebas transcutáneas que no necesitan lancetas ni erosionar la epidermis, para encontrar la molesta IgE que genera la alergia y el asma.   Asimismo, las pruebas que miden la ventilación de los pulmones se han simplificado y hoy es posible hacerla en pacientes cada vez menores. 

¡Ánimo niños, valor padres!, el asma puede estar con nosotros muchos años, pero cada vez se la puede controlar mejor, permitiéndonos una vida saludable.