NIÑOS Y ADOLESCENTES VEGETARIANOS
Con alguna frecuencia, a los pediatras nos toca atender a un niño o adolescente vegetariano que consulta por alguna enfermedad ajena a su alimentación. El antecedente de su vegetarianismo aparece en la anamnesis.
Lo usual es que los papás tengan este hábito de alimentación y críen a sus hijos del mismo modo. En más de un 80% la motivación por alimentarse así es de tipo animalista que, en lo principal, sostiene que al ser los animales capaces de sentir dolor, su sufrimiento debería ser considerado ya que el sacrificio no compensaría los beneficios alimentarios. Súmese a ello que todas las hormonas y endorfinas dramáticamente estresantes que liberan los animales al ser sacrificados, se pueden traspasar al hombre al alimentarse de ellos, pudiéndole causar un malestar tremendo. Menos de un 8% de los vegetarianos lo hacen por considerar que representa un beneficio para la salud. No nos ha tocado atender a padres o adolescentes vegetarianos motivados por creencias religiosas. El otro dato de interés es que sólo un 10% recurre a un profesional de la salud (nutricionista u otro) para aconsejarse. La mayoría lo hace por referencias de amigos o a través de las redes sociales. Tampoco ahondan en lo que ha venido a llamarse vegetarianismo responsable.
Los vegetarianos constituyen un grupo más bien heterogéneo si se les agrupa por los alimentos que consumen, siendo los sub grupos más frecuentes los que aparecen en la tabla:
TABLA
El niño vegetariano crece bien si existe la preocupación por aportar los micronutrientes en déficit señalados en la tercera columna de la tabla. Si no se considera este punto, se produce una malnutrición grave, principalmente en la primera década de la vida.
Las carencias corresponden principalmente a algunos amino ácidos contenidos en las proteínas, vitamina B 12, vitamina D, calcio, hierro y zinc. Los niños que tienen un régimen ovo lácteo o pescatariano tienen menos deficiencias.
La recomendación más inmediata es que los niños no pueden recibir una dieta restrictiva y la alimentación vegetariana siempre debe contener legumbres, cereales fortificados, huevos, lácteos, frutas, verduras y aceites de soya, pepas de uva o canola.
Por último, es fundamental recurrir a un especialista en nutrición antes de iniciar o mantener en el tiempo una alimentación vegetariana saludable.