¿RESFRÍO FUERTE O GRIPE?
La epidemia de gripe que está afectando a la población chilena, particularmente a los niños menores de 2 años y a las personas con padecimientos crónicos, crea una justificada alarma cuando en el seno de las familias aparece alguien con tos y fiebre.
Nosotros preferimos hablar de gripe en vez de influenza, porque engloba a cualquiera de los virus que pueden causar una epidemia de tos, fiebre, gran compromiso del estado general, dolores musculares y complicaciones graves. La influenza, en cambio, se refiere específicamente a dos de ellos, la enfermedad causada por el virus de la influenza A o el B.
Además, agreguemos que cualquier virus de la gripe – incluso los de la influenza – pueden dar los mismos síntomas y que el diagnóstico específico, sólo se puede certificar mediante exámenes en muestras de secreción naso faríngea, en los primeros días de la enfermedad.
Hechas estas observaciones, digamos que el resfrío común – que es causado mayoritariamente por el rinovirus – también causa fiebre y congestión de las vías respiratorias en los niños menores, pero no compromete mayormente el estado general del paciente y existe poca obstrucción bronquial. Muchas veces el síntoma principal del resfrío son las mucosidades nasales, de ahí el nombre de mocosito, con que se apoda a muchos niños. En la gripe, en cambio, hay mucho compromiso del estado general y temperatura elevada, que casi no responde a los medicamentos contra la fiebre.
El médico debe analizar la posibilidad de que el enfermo no esté complicado con una neumopatía que cause insuficiencia respiratoria – a veces poco evidente – y tomar las muestras de secreción naso faríngea si el caso lo amerita y corresponda a los primeros días de enfermedad. La razón es simple; los virus de la influenza A, B y el de la gripe porcina tienen tratamiento antiviral específico.
A los padres les recomendamos que consideren los siguientes hechos para sospechar que su hijito tiene un trancazo respiratorio y no un resfriado fuerte y según ello decidir si acuden a un servicio de urgencia o no: lactante menor de seis meses que no es alimentado al pecho; varias personas con enfermedades respiratorias febriles en el entorno social; carencia de la vacuna específica; mucho compromiso del estado general y quejido respiratorio.