CUIDADO CON LOS METANEUMOVIRUS
La epidemia de gripe que afecta a la población ha golpeado fuerte a los niños chilenos.
A una organizada madre se le puede venir el mundo encima en cuestión de horas si su hijito, muy bien cuidado aunque con un estrecho margen de alternativas, abruptamente empieza con fiebre, quejido respiratorio y tos perruna. Acude a un servicio de urgencia y luego de esperar en una sala más bien estrecha y atiborrada de otros niños tosiendo, el pediatra le dice que su hijito probablemente tiene una gripe, pero que para estar más seguros, le solicitará un panel respiratorio. La madre quiere decir algo, pero el colega se le anticipa, señalándole que no se preocupe, que el examen no es invasivo que sólo se le tomará una muestra de secreción nasal y que en unos 20 minutos estará el resultado.
En realidad, lo que la madre quería señalar era qué cómo puede ser que el niño tenga gripe si hace poco había vacunado a su hijito.
Para bien o para mal el resultado del examen con cierta frecuencia es negativo. El médico le explica que sólo se estudian los virus que más frecuentemente afectan a la población y bien pudiera ser que esta gripe se deba a un agente emergente, como el metapneumovirus, que empieza a señalársele como a un terrorista peligroso. En todo caso –le señala el colega– no debe preocuparse mucho, ya que el tratamiento es el mismo y hay que estar atento a las complicaciones, como persistencia de la fiebre por más de cuatro días o aparición de expectoración verdosa, por señalar algunas. Le indica un medicamento para la obstrucción bronquial –que suele ser el que la madre ya le estaba administrando, aunque con otro nombre y más barato– y, para mayor seguridad, le aconseja volver a consultar en un plazo de 24 a 48 horas, sin un costo adicional, si procedió un pago por el servicio.
A esas alturas la madre transita de la preocupación a la molestia. No está disgustada porque la atención haya sido deficiente, porque casi siempre es técnicamente inobjetable. Está fastidiada simplemente porque no sabe cómo se las arreglará para cuidar al niño y no faltar al trabajo, porque si bien la atención médica fue adecuada, la empañó una anamnesis un poco más dirigida, la espera prolongada y la antesala incómoda.
Hay que tener muy presente que ninguna mamá lleva a su hijito a urgencia como quién va a un mall. Acude allí porque no tiene otra alternativa y ¡más encima tendrá que volver y esperar por si ataca un terrorista respiratorio…!